La armadura de Dios puede ser un tema conocido para ti si creciste en la iglesia, o puede ser algo nuevo para ti que estás comenzando en la fe. Cualquiera sea el caso, te invito a explorar cuál es la invitación de Dios a través del apostol Pablo comenzando en Efesios 6:11 –
”Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a
las artimañas del diablo.“
El libro de Efesios nos es una carta sumamente esctructurada que tiene dos partes bien marcadas, llamémosle a la primera parte —capítulos 1-3—, la sección teórica; donde se nos dice en teoría cuales son las bases, cuales son los beneficios, cuál es el misterio y cómo es la vida de aquél que entrega su vida a Cristo como Señor y Salvador de su vida. Luego, podemos llamar a la segunda parte —capítulos 4-6—, la sección práctica; qué debo hacer con lo aprendido? Cómo dirijo mi vida? Cómo me debo comportar en el día a día? Como debo tratar a mi seres cercaanos y al prójimo? Cerrando entonces con “Cómo me mantengo protegido para no regresar a la vida de la cual Dios me ha librado?
Ves, el principio de la carta de Efesios nos recuerda cual es la base y el fundamento de nuestras fe y vida cristiana; la comunión con Dios Padre, la gracia de Jesucristo y la comunión con el Espíritu Santo. Por lo tanto la invitación a ponernos la armadura es una que nos lleva a entender que primeramente, es una armadura ya preparada para mi y para ti. Es una armadura diseñada a tu tamaño de acuerdo a tus capacidades, pero no es tuya, tu no la creaste, la creo nuestro Padre celestial para que de esa forma podamos hacerle frente al enemigo.
No existe armadura que nosotros podamos crear, diseñar, ni ponernos bajo nuestros estándares que puedan hacer lo que la armadura de Dios hace. Y esa es la grandeza del evangelio de Jesús; que cuando el pecado llego a la vida de la humanidad, no hubo nada que nos lograra proteger de ese mal. Inclusive, vemos como Adán y Eva intentaron crear su propia vestimentas/armadura física con hojas, que podemos tambien ver como una vestimenta espiritual que intentaban utilizar para tapar su pecado y cubrir sus faltas delante de Dios y de ellos mismos, mientras que a su ves creían que iban a protegerse tambien del mal que los asediaba. Pero ese no era el plan de Dios.
El plan de Dios siempre ha sido que nosotros tengamos comunión con Él, por lo tanto, envió a su único hijo para que diera Su vida en la cruz y venciera el poder que tenía la muerte sobre nuestras vidas. De esa forma creando una armadura que perdura para siempre y nos ayuda a hacer frente al diablo, el pecado y la muerte que nos acedia. Por eso hoy nos viste con gracia por medio de la fe — la verdadera armadura que nos protege, limpia, liberta y cubre del pecado y la muerte. La vestidura que nos da Jesus nos prepara para la lucha que tenemos por delante. Por tanto, qué armadura llevas puesta; la que tu mismo has diseñado, o la que Dios ya tiene diseñada para ti?