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¿Qué debo hacer con mi armadura?

Parte 3

Chaq • Ephesians 6:11–13

¿Se te hace familiar este versículo? Se parece demasiado al que leímos el primer día, lo repaso, ”Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.” Efesios 6:11.

“PONGANSE TODA LA ARMADURA DE DIOS.” — ¡Esto me parece una instrucción sumamente importante para decirse dos veces! Y es que en los primeros versículos, Pablo nos contesta el “qué debo hacer” y  “para qué debo hacerlo”, ahora en el versículo 13 nos recuerda lo que tenemos que hacer y nos da una mayor razón por la cual hacerlo. Lo interesante de esto es el verbo presente e imperativo. Es una instrucción clara para el creyente que ha experimentado la gracia del Señor en su vida y que quiere vivir de acuerdo a esa realidad — 

PONGANSE. No nos da opciones, no nos dice hazlo luego o cuando lo necesites, sino que pónte la armadura aquí, ahora y mentenla puesta. Esto me recuerda a cuando mis padres me decían, “prepárate que nos vamos”, no hay tiempo que gastar… ¡el momento es ahora! Esa es la importancia de este verbo que abre el versículo 13. Pero lo que le sigue es aún más importante.

LA ARMADURA DE DIOS. Les recuerdo que esta armadura de la que habla Pablo nosotros no la hicimos, y mucho menos hicimos algo particular para merecerla. La armadura de la que se habla ha sido creada y dada por Dios para nosotros; a nuestra talla y a la perfección, por gracia y por amor. Dicha armadura nos ayuda a hacer frente contra los espíritus que dominan este mundo de tinieblas en el presente y futuro.

Cuando comparamos el versículo 11 con el 13, nos damos cuenta que la segunda parte es diferente, el versículo 11 se enfoca en el presente y el versísuclo 13 nos avisa del futuro. Y es que Pablo ha entendido lo que el escritor de Eclesiastés una vez escribió “Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud antes de que lleguen los días malos” y aunque parezca que el Predicador en el Antiguo Testamento está hablando solo de la etapa de juventud del ser humano, creo que tambien habla de las etapas de la vida. En la juventud tenemos fuerza, vigor, alegría, pocas responsabilidades comparadas a la adultez… y todo esto cambiara con el pasar del tiempo así que debemos estar listos. Pablo utiliza el mismo lenguaje en Efesios 6:13, “cuando llegue el día malo”.

Yo no me pongo la armadura cuando estoy seguro, cómodo y con fuerza para vencer en esos momentos. Yo me pongo la armadura cuando estoy seguro, cómodo y con fuerza para cuando llegue el día de la prueba, la enfermedad, las luchas internas, la tentación… en fin “el día malo”. La armadura de Dios me ayuda a mantenerme firme en la fe, en la confianza y en la Verdad de que Cristo sigue siendo mi refugio, mi amparo y mi fortaleza; hoy, mañana y siempre.

¿En qué se basa la Armadura de Dios?

Chaq • Ephesians 6:11–18

La armadura de Dios puede ser un tema conocido para ti si creciste en la iglesia, o puede ser algo nuevo para ti que estás comenzando en la fe. Cualquiera sea el caso, te invito a explorar cuál es la invitación de Dios a través del apostol Pablo comenzando en Efesios 6:11 – ”Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a  las artimañas del diablo.“ El libro de Efesios nos es una carta sumamente esctructurada que tiene dos partes bien marcadas, llamémosle a la primera parte —capítulos 1-3—, la sección teórica; donde se nos dice en teoría cuales son las bases, cuales son los beneficios, cuál es el misterio y cómo es la vida de aquél que entrega su vida a Cristo como Señor y Salvador de su vida. Luego, podemos llamar a la segunda parte —capítulos 4-6—, la sección práctica; qué debo hacer con lo aprendido? Cómo dirijo mi vida? Cómo me debo comportar en el día a día? Como debo tratar a mi seres cercaanos y al prójimo? Cerrando entonces con “Cómo me mantengo protegido para no regresar a la vida de la cual Dios me ha librado? Ves, el principio de la carta de Efesios nos recuerda cual es la base y el fundamento de nuestras fe y vida cristiana; la comunión con Dios Padre, la gracia de Jesucristo y la comunión con el Espíritu Santo. Por lo tanto la invitación a ponernos la armadura es una que nos lleva a entender que primeramente, es una armadura ya preparada para mi y para ti. Es una armadura diseñada a tu tamaño de acuerdo a tus capacidades, pero no es tuya, tu no la creaste, la creo nuestro Padre celestial para que de esa forma podamos hacerle frente al enemigo.  No existe armadura que nosotros podamos crear, diseñar, ni ponernos bajo nuestros estándares que puedan hacer lo que la armadura de Dios hace. Y esa es la grandeza del evangelio de Jesús; que cuando el pecado llego a la vida de la humanidad, no hubo nada que nos lograra proteger de ese mal. Inclusive, vemos como Adán y Eva intentaron crear su propia vestimentas/armadura física con hojas, que podemos tambien ver como una vestimenta espiritual que intentaban utilizar para tapar su pecado y cubrir sus faltas delante de Dios y de ellos mismos, mientras que a su ves creían que iban a protegerse tambien del mal que los asediaba. Pero ese no era el plan de Dios. El plan de Dios siempre ha sido que nosotros tengamos comunión con Él, por lo tanto, envió a su único hijo para que diera Su vida en la cruz y venciera el poder que tenía la muerte sobre nuestras vidas. De esa forma creando una armadura que perdura para siempre y nos ayuda a hacer frente al diablo, el pecado y la muerte que nos acedia. Por eso hoy nos viste con gracia por medio de la fe — la verdadera armadura que nos protege,  limpia, liberta y cubre del pecado y la muerte. La vestidura que nos da Jesus nos prepara para la lucha que tenemos por delante. Por tanto, qué armadura llevas puesta; la que tu mismo has diseñado, o la que Dios ya tiene diseñada para ti?

¿Contra quién es nuestra lucha?

Chaq • Ephesians 6:12

”Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.“ Efesios 6:12 Estoy seguro que cuando escuchamos la palabras palabras vestidura y armadura, pensamos en piezas de ropa que podemos ver y tocar, pero ¿te diste cuenta de que las preguntas que hice cuando comenzamos nada tienen que ver con personas, objetos ni piezas como tal? Cuando pensamos y vamos a la raíz de nuestras luchas, en la mayor parte de las ocasiones notamos de que son luchas internas que necesitan ser trabajadas en nuestra mente y corazón. Pablo conocía esta verdad de primera mano al enfrentarse ante tantas pruebas en el camino mientras predicaba el Evangelio de Jesús. De hecho, él mismo se describe como “embajador en cadenas” al cerrar la carta de Efesios, pues se encontraba físicamente limitado por el encierro en el que estaba. Pero esa realidad física no detuvo su verdad espiritual. Pablo se encontraba físicamente en cadenas por el imperio romano, pero espiritualmente libre por el poder de Jesucristo. Es por eso que puede escribir con seguridad lo que leímos en el verso 12 del capítulo 6; nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra fuerzas espirituales malignas que se encuentran en las regiones celestes. La lucha que enfrentamos día tras día no se ve, pero se siente, se percibe y se experimenta en nuestro interior. Estas autoridades tuvieron poder sobre nosotros cuando estabamos lejos de Dios. Nuestra vida era un caos antes de encontrarnos con el Principe de Paz. Nos encontrabamos presos en la oscuridad de nuestras mentes y las mentiras que el mundo nos presenta antes de conocer a nuestro libertador y Luz del mundo. Todos vivimos de esta forma antes de conocer a Jesus, y la Buena Noticia es que Él vino a vencer todo lo que en una ocasión nos oprimía. Dice Efesios 1:22 que “Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo”. Esto por el poder de Su muerte y resurrección.

¿Cuáles son las partes de la armadura de Dios? Cinturón, coraza y calzado

Chaq • Ephesians 6:14

Visualizate poniéndote la armadura pero prestando especial atención a cada parte de ella. Miremos el cinturon — quizás para nosotros en el siglo 21 no nos hace tanto sentido mencionar primeramente el cinturon, pues hoy día lo vemos como un accesorio/una pieza secundaria para la vestimenta que voy a llevar puesto. Sin embargo, si pensamos por un momento en el contexto histórico y la realidad del pueblo Romano que Pablo, y los recipientes originales de esta epístola conocían, el cinturon ayudaba a cargar la vaina con la espada y otros útiles que cargaban los soldados para tener las manos libres. Pero aún más importante, era la pieza principal que mantenía la armadura unida y en su lugar. El diseño del cinturón tambien distinguía al soldado. Es por eso que Pablo le da el atributo de LA VERDAD para nuestra armadura como cristianos. ¿Y cuál es esa verdad? El mundo nos ha querido hacer creer muchas verdades a medias, que en escencia son mentiras. La única verdad es Cristo; el verbo hecho carne. Esto es fundamental para mantener nuestra fe firme. La verdad es que Cristo resucitó de entre los muertos y por el somos sellados, llamados y escogidos desde la creación del mundo para proclamar su evangelio a toda criatura. ¡La verdad nos completa, en ella encontramos las armas espirituales que necesitamos para vener el mal y ella nos identifica! Ahora, la armadura tambien debe proteger el torso. Pablo continúa la lista mencionando la coraza. Esta es la pieza de la armadura que protege el área del pecho y abdomen; es esa primera línea/capa de protección ante los enemigos. Usualmente hecha de hierro o de bronce. La coraza protege organos vitales como lo es el corazón, pulmones y demás cuando se hace frente al enemigo. ¿No es esto cierto espiritualmente hablando? Pablo nos dice que la coraza de la armadura de Dios es de justicia. La justicia de Dios no es igual a la justicia del mundo — cuando el mundo nos dice, “hazle daño a tus enemigos”, el evangelio nos enseña a amar a nuestro projimo como a nosotros mismos y eso incluye a quien puedo considerar como mi enemigo. La Palabra de Dios nos enseña que no hay ni uno justo en la tierra, pero tambien me enseña que hubo un hombre justo y perfecto que pago el precio por mi injusticia; ese es Cristo, quien protege nuestros corazones del mal espiritual y emocional que el mundo nos lanza — Él es quien va delante de mi y me protege de mis enemigos, tanto así que tomó los golpes que me lanzó el pecado para protegerme allí en la cruz del calvario. Gloria sea a nuestro Salvador Jesucristo. ¡Por eso no nos podemos quedar quietos ni callados antes tan hermosa verdad de justicia! Por ultimo, en estos versículos, Pablo menciona el calzado. Hoy día el calzado se ha convertido en una de las piezas de la vestimenta más cara y en ocasiones exclusivas para las nuevas generaciones, de hecho hay quienes poseen colecciones y más allá quienes poseen calzados que ni siquiera usan por miedo a deterioro. Pero el calzado que Pablo nos menciona como parte de la armadura nos lleva a accionar, no a guardarlo como una pieza de colección, sino a utilizarlos para llevar a cabo la misión y el llamado de toda persona que a reconocido a Jesús como Señor y Salvador de su vida. El calzado va combinado con la armadura y es parte clave para no lastimarse los pies y dan agilidad de movimiento. Por lo tanto cuando Pablo menciona calzado, lo sigue con dos acciones — disposición y proclamación. No podemos callar lo que hemos oído y recibido del Señor. Vivimos en un mundo que clama por la Paz que solo Cristo puede dar y nosotros fuimos llamados a compartirla con todos aquellos que están a nuestro lado.