Visualizate poniéndote la armadura pero prestando especial atención a cada parte de ella. Miremos el cinturon — quizás para nosotros en el siglo 21 no nos hace tanto sentido mencionar primeramente el cinturon, pues hoy día lo vemos como un accesorio/una pieza secundaria para la vestimenta que voy a llevar puesto. Sin embargo, si pensamos por un momento en el contexto histórico y la realidad del pueblo Romano que Pablo, y los recipientes originales de esta epístola conocían, el cinturon ayudaba a cargar la vaina con la espada y otros útiles que cargaban los soldados para tener las manos libres. Pero aún más importante, era la pieza principal que mantenía la armadura unida y en su lugar. El diseño del cinturón tambien distinguía al soldado. Es por eso que Pablo le da el atributo de LA VERDAD para nuestra armadura como cristianos. ¿Y cuál es esa verdad? El mundo nos ha querido hacer creer muchas verdades a medias, que en escencia son mentiras. La única verdad es Cristo; el verbo hecho carne. Esto es fundamental para mantener nuestra fe firme. La verdad es que Cristo resucitó de entre los muertos y por el somos sellados, llamados y escogidos desde la creación del mundo para proclamar su evangelio a toda criatura. ¡La verdad nos completa, en ella encontramos las armas espirituales que necesitamos para vener el mal y ella nos identifica! Ahora, la armadura tambien debe proteger el torso.
Pablo continúa la lista mencionando la coraza. Esta es la pieza de la armadura que protege el área del pecho y abdomen; es esa primera línea/capa de protección ante los enemigos. Usualmente hecha de hierro o de bronce. La coraza protege organos vitales como lo es el corazón, pulmones y demás cuando se hace frente al enemigo. ¿No es esto cierto espiritualmente hablando? Pablo nos dice que la coraza de la armadura de Dios es de justicia. La justicia de Dios no es igual a la justicia del mundo — cuando el mundo nos dice, “hazle daño a tus enemigos”, el evangelio nos enseña a amar a nuestro projimo como a nosotros mismos y eso incluye a quien puedo considerar como mi enemigo. La Palabra de Dios nos enseña que no hay ni uno justo en la tierra, pero tambien me enseña que hubo un hombre justo y perfecto que pago el precio por mi injusticia; ese es Cristo, quien protege nuestros corazones del mal espiritual y emocional que el mundo nos lanza — Él es quien va delante de mi y me protege de mis enemigos, tanto así que tomó los golpes que me lanzó el pecado para protegerme allí en la cruz del calvario. Gloria sea a nuestro Salvador Jesucristo. ¡Por eso no nos podemos quedar quietos ni callados antes tan hermosa verdad de justicia!
Por ultimo, en estos versículos, Pablo menciona el calzado. Hoy día el calzado se ha convertido en una de las piezas de la vestimenta más cara y en ocasiones exclusivas para las nuevas generaciones, de hecho hay quienes poseen colecciones y más allá quienes poseen calzados que ni siquiera usan por miedo a deterioro. Pero el calzado que Pablo nos menciona como parte de la armadura nos lleva a accionar, no a guardarlo como una pieza de colección, sino a utilizarlos para llevar a cabo la misión y el llamado de toda persona que a reconocido a Jesús como Señor y Salvador de su vida. El calzado va combinado con la armadura y es parte clave para no lastimarse los pies y dan agilidad de movimiento. Por lo tanto cuando Pablo menciona calzado, lo sigue con dos acciones — disposición y proclamación. No podemos callar lo que hemos oído y recibido del Señor. Vivimos en un mundo que clama por la Paz que solo Cristo puede dar y nosotros fuimos llamados a compartirla con todos aquellos que están a nuestro lado.