Juan 6:16–17
Esa tarde, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla para esperarlo. Pero como cayó la oscuridad y Jesús aún no había regresado, subieron a la barca y se dirigieron hacia Capernaum a través del lago.
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Cuando los discípulos entraron en el barco, Jesús todavía estaba en soledad en las montañas. Aunque puede parecer curioso que los discípulos dejaran a Jesús atrás, lo más probable es que los discípulos estuvieran siguiendo instrucciones previas de Jesús, como se menciona en las versiones sinópticas de esta historia (Mateo 14:22; Marcos 6:45). Muchos de los doce discípulos eran pescadores, por lo que un viaje a través del agua, incluso de noche, no habría sido intimidante o poco común para ellos.
En el invierno del año 203 d.C. fuera de Cartago, en el norte de África, soldados romanos arrestaron a un grupo de nuevos creyentes cristianos por reunirse para adorar, lo cual se consideraba un crimen. Entre ellos estaba Vibia Perpetua, de veintidós años. Ella mantuvo un diario donde relataba la presión para renunciar a Cristo y la abrumadora oscuridad de las prisiones, sintiendo que la oscuridad era más aterradora que ser alimentada a los animales porque la oscuridad desorienta. Al enfocarse en lo que creía, Perpetua encontró su orientación en la oscuridad y su fe creció hasta el punto en que enfrentó su martirio “alegremente” en un anillo gladiatorio.
Como Perpetua y los apóstoles en el mar, la oscuridad puede desorientarnos. Recuerda, incluso en las temporadas más oscuras del alma, Jesús está contigo. Si te sientes perdido, incierto o abrumado durante un tiempo de oscuridad, fija tu mente en Jesús. Al hacerlo, encontrarás tu orientación.
Eso concluye nuestro devocional de hoy. Terminemos con una palabra de oración.
PALABRA DE ORACIÓN
Señor Jesús, al reflexionar sobre el viaje de Tus discípulos a través del lago y la fe inquebrantable de Vibia Perpetua, recuerdo que la oscuridad, tanto literal como metafórica, a menudo nos rodea. Sin embargo, en estos momentos de incertidumbre y miedo, Tu presencia es una fuente constante de luz y guía. Ayúdame a recordar que siempre estás conmigo, incluso cuando pareces distante o la noche a mi alrededor es profunda e inquietante.
Enséñame a fijar mis ojos y mi corazón en Ti, para navegar a través de mis horas más oscuras con fe y confianza en Tu soberanía. Concédeme el valor de enfrentar los desafíos con la seguridad de que Tú eres mi guía, mi luz y mi salvación. Que mi fe se fortalezca frente a las pruebas y que abrace Tu voluntad para mi vida con alegría y gracia, tal como lo hizo Tu fiel sierva Perpetua.
En momentos de oscuridad, recuérdame que busque, invoque Tu nombre y confíe en Tu palabra como mi brújula. Fortalece mi espíritu, para que no sea desorientado por las sombras del mundo sino iluminado por Tu luz eterna. Que mi viaje a través de la oscuridad me acerque más a Ti y haga mi fe inquebrantable.
En el nombre de Jesús, amén.