a. Quizás la parte más difícil de entender o ver acerca de la voluntad de Dios, sobre
todo cuando esta involucra pruebas duras, es la parte de que es “agradable”
b. La prueba de Jesús terminó en la cruz, con dolor de cuerpo, de alma y de
espíritu… pero había algo que lo sostenía a través de todo eso
c. Y es que el orar “hágase tu voluntad” no es una oración de resignación sino una
de expectación… de esperanza
i. Jesús enfrentó la cruz con esperanza
ii. Isaías lo había profetizado… Isa 53:11 NBLA Debido a la angustia [a] de Su
alma,
Él lo verá [b] y quedará satisfecho.
Por Su conocimiento, el Justo,
Mi Siervo, justificará a muchos,
Y cargará las iniquidades de ellos.
iii. “quedará satisfecho”, “quedará contento”, “le va a parecer
agradable”
iv. Jesús enfrentó la cruz sabiendo que su dolor iba a justificar a
muchos y los iba a librar de sus iniquidades… eso hizo de la prueba, la
voluntad de Dios, algo agradable
d. Cuando nuestra vida y nuestras pruebas las enfrentamos con la convicción de
que estamos en la voluntad de Dios, que su voluntad es buena, que hay un
propósito, que Dios va a glorificar su nombre y que habrá un fruto de nuestra
aflicción, entonces tenemos esperanza
e. ¿Cómo cambiaría tu oración si incluyeras el “hágase tu voluntad” de esta manera
que recién vimos?
f. Yo me quiero imaginar que tu vida y la mía, tu oración y mi oración, la oración de
una iglesia entera, de una nación entera, sometida y rendida a la voluntad de
Dios de una manera voluntaria, puede ser real.
g. Y que la transformación que eso haga en nuestros corazones haga que oremos
una y otra vez, “hágase tu voluntad”.