El amor de Dios por Erico Ortega Romero y Maria Alarcón González pastores de la Iglesia Unidad en Fridley, Minnesota.
Juan 3:16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. NVI
Ahora que se aproxima la Navidad, la fecha en la celebramos el nacimiento de Jesús, reflexionemos cuanto realmente nos ama Dios que tomó tan gran decisión para que la humanidad se pudiera reconciliar con su creador.
Jesús se encarnó en un bebé en una humilde cuna, siendo un Rey, siendo el Hijo de Dios y sobre todo se encarnó para ser el Cordero inmolado, último sacrificio para el perdón de los pecados de la humanidad.
Nos declaró su amor al decirnos que no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos y sobrepaso ese amor cuando nos dice el autor del libro de Romanos que aún siendo enemigos de Dios fuimos reconciliados por la muerte de su Hijo Jesús.
No podemos hacer nada para que Dios nos ame menos o más, pero si tenemos la seguridad de ser amados por Él, porque no es solo uno de sus atributos, sino nos declara su Palabra que Él es amor, Él es la fuente inagotable de ese amor que salva y mientras permanezcamos en Él nos da vida y una vida abundante conforme su voluntad, buena, agradable y perfecta.
En estas fechas de celebración es tiempo de aceptar todos lo regalos que Dios tiene para nosotros, los cuales nos da, no porque los merezcamos, pues lo que merecemos es Juicio, sino porque su amor sobrepasa todo lo imaginable, un amor que restaura, que reconcilia y justifica.
Es tiempo de agradecer a Dios en el nombre de su Hijo amado Jesús. Amén.