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diciembre 15

Solo en Cristo hallamos la plenitud del gozo por Aurelio Bothi, pastor de la Iglesia Bethel Covenant en Oakland, California.

Juan 15:11 RVC Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.
Reflexionemos en algunas de las últimas palabras de Jesús dirigidas a sus discípulos poco antes de ir a la cruz del Calvario. No era la ocasión apropiada para hablar de gozo, pues en poco tiempo estaría en el Huerto de Getsemaní, sufriendo momentos de terrible agonía. Más fue en esa circunstancia cuando Él habló de “mi gozo…” ¡Qué extraordinario habrá sido el gozo del Señor para permanecer inamovible, en momentos de tanta angustia!, Y su deseo y provisión es que su gozo, sea nuestro gozo “… que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo”.

Disfrutar de ese gozo pleno es lo que el hombre anhela, y solo lo consigue cuando encuentra a Dios, porque Dios es el autor y dador del gozo eterno. El deseo del Señor es que Su gozo llene plenamente la vida de todo creyente. Muy a menudo estamos tristes y abatidos; pero como cristianos deberíamos estar llenos de gozo en todo tiempo: La Biblia nos dice en 1 Tesalonicenses 5:16 que debemos, estar siempre gozosos y en Filipenses 4:4 de manera repetitiva dice: Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense!
Si realmente pertenecemos al Señor debemos estar siempre regocijándonos en todo momento y en cualquier circunstancia; recordemos que el gozo del Señor es nuestra fuerza y fortaleza.

Dejemos que el gozo, que es un fruto del Espíritu Santo, pueda manifestarse en nuestras vidas, y reflejemos en todo momento, este maravilloso don de Cristo.