Las ciudades de refugio eran lugares donde se protegían a los culpables por homicidio accidental. Iban ahí para refugiarse y no ser muertos hasta que tuvieran un juicio. Cuando nos refugiamos en Cristo podemos ser salvos de la muerte a la cual estamos destinados por nuestro pecado.
Jesús es nuestro refugio
Josué 20
January 25, 2015 • Fermín IV