David, escribe el Salmo 122, sobre la llegada a Jerusalén, en paralelo con la idea de por fin darle un lugar seguro a su pueblo. El tenía en mente, tanto la comunidad (“me alegré con los que me decían”), como el individuo (“Yo me alegré”). 

Me imagino a “mi” mismo como un INDIVIDUO y reuniéndome con el grupo de mis seres queridos para entrar en la casa de Dios. Será el día mas alegre! Esa invitación y la aceptación de la misma, es lo que alegra, el corazón porque se logra la gran MISION de DIOS que es su intención de morar con nosotros!

... LLEGAR A CASA!! 

Este mensaje esta grabado a lo largo de los muros de la ciudad antigua de Jerusalén, gozando en la esperanza de un día estar cruzando los muros de la Jerusalén celestial, al lado de los heroes de la fe y de los que hemos creído, que gran alegría será.

Salmo 122: 1 Yo me alegré con los que me decían: A la casa del Señor iremos. 2 Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén.

Gracias a Sergio Mingo y a Job Mojica por acompañarme en esta grabación y en la edición de este mensaje.

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