Si pensamos en un sermón sobre matrimonio, niños, dinero, estatus y salud, -que de hecho, son un buen resumen de nuestra vida-, pensaríamos más bien, en una serie de sermones.

Lo que tenemos en Capítulo 10 del Evangelio de Marcos, es que Jesús abarcó todos estos temas, y además, nos da la clave para mantener cada uno, en su lugar apropiado, para lo cual necesitamos ojos que puedan ver.

Un ejemplo: el problema no es tratar de entender la ley sobre el divorcio, sino más bien, que no entendemos lo que Dios dijo acerca del matrimonio.

Interesante que el último milagro de sanación registrado en Marcos, tenga que ver con la cuestión de ver, relacionando vista, con entendimiento.

¿Qué de nosotros? ¿Podemos ver?