En el libro de Éxodo leemos que Dios instituyó la forma de vestir que debían llevar los sacerdotes. Se puede resumir en una sola palabra, 'pureza'. Cada elemento que portaban estos hombres consagrados por Dios reflejaba la limpieza y santidad que ostentaba su llamado. Ahora, en la cuarta visión de Zacarías, el profeta ve a Josué, el Sumo Sacerdote, con ropas sucias e impuras delante del Gran Juez, y con Satanás a su lado acusándolo. Si la ropa que lleva puesta nos indica algo, entonces no hay forma de que salga bien librado en el tribunal; pero el Señor no lo deja así, sino que le proveé ropas nuevas para representar dignamente al pueblo delante de Él.
Ropas nuevas
Esdras García
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Zacarías