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Lectura Cap 6 "La fuerza de amar" Martin Luther King

Juan Carlos Parra

CAPITULO 6 - La fuerza de amar (M. L. K.)
Medianoche...
Alguien llama a la puerta
Si alguno de vosotros tuviese un amigo
y viniere a la medianoche y le dijera:
Amigo, préstame tres panes, pues un amigo
mío ha llegado de viaje y no tengo
qué  darle.
Lc 11,5-6.

Aunque esta parábola se refiere al poder de la plegaria perseverante, también puede servir de base para la reflexión sobre muchos temas actuales y sobre la manera de afrontar la Iglesia. En la parábola es medianoche. También
es medianoche en nuestro mundo, y las tinieblas son tan espesas que apenas podemos ver hacia dónde va el camino.

Lectura Cap 10 "La fuerza de amar" Martin Luther King

Lectura Cap 9 "La fuerza de amar" Martin Luther King

La fuerza de amar (M.L.K.) Las tres dimensiones de una vida completa “Siendo iguales su longitud, su latitud y su altura”. (Apocalipsis21:16). Esta nueva ciudad de Dios no sería una entidad desequilibrada con virtudes preciosas a un lado y al otro vicios abyectos; sería completa en todas sus dimensiones. Toda vida completa tiene las tres dimensiones sugeridas en el texto: longitud, latitud y altura. La longitud de la vida es el impulso interior para alcanzar los fines y ambiciones personales de cada uno. La latitud de la vida es la preocupación exterior por el bienestar de los demás. La altura de la vida es la aspiración ascendente hacia Dios. La vida, en su mejor momento forma un triángulo equilátero. En un ángulo se sitúa la persona individual. En el otro ángulo están las demás personas. En el vértice se encuentra la Persona Infinita, Dios. Sin el desarrollo necesario de cada una de la partes del triángulo, ninguna vida puede considerarse completa.

Lectura Cap 1 "La fuerza de amar" Martin Luther King

CapÍtulo 1 - La fuerza de amar (M. L. K.) Fuertes de Espíritu, tiernos de corazón Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Mt 10,16. Un filósofo francés decía: «Un hombre no es fuerte si no lleva impresa en su espíritu una antítesis». El hombre fuerte baraja en su conjunto vital unas contradicciones muy acusadas. No es frecuente que los hombres lleguen a equilibrar estas contradicciones. Por regla general, los idealistas no suelen ser realistas, y los realistas no son idealistas; los militantes no suelen conocerse como pasivos, ni los pasivos ser militantes. Rara vez los humildes están seguros de sí mismos, y los que están seguros de sí mismos no son humildes. Sin embargo, la vida, en el mejor de los casos, es una síntesis creadora de contradicciones en fructífera armonía. El filósofo Hegel decía que la verdad no se encuentra ni en las tesis ni en las antítesis, sino en una síntesis, producto de ambas y que las concilia. Jesús conoció la necesidad de refundir las contradicciones. Sabía que sus discípulos tendrían que enfrentarse a un mundo difícil y hostil, donde tropezarían con los recalcitrantes funcionarios políticos y la intransigencia de los protectores del orden establecido. Sabía que encontrarían hombres fríos y arrogantes, con el corazón endurecido por el largo invierno del tradicionalismo. Por eso les dijo: «Mirad que os envío cual ovejas en medio de lobos». Y les dio una consigna de acción: «Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas». Resulta difícil imaginar que una persona tenga simultáneamente las características de la serpiente y de la paloma, pero esto es lo que espera Jesús. Debemos combinar la dureza de la serpiente con la blandura de la paloma: fuertes de espíritu, pero tiernos de corazón.