Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios. Romanos 1:20-22

En Romanos 1, Pablo describe la ruina de una sociedad que se alejó de Dios. Pablo escribió en términos que fácilmente podrían haber sido tomados como titulares de noticias de nuestros días. La cultura que describe es como en la que vivimos. Si miramos hacia atrás al comienzo del proceso de decadencia y declinación, encontramos un pecado que conduce directamente a la caída: no estar agradecidos y no dar gloria a Dios por lo que ha hecho. Este es el primer paso en el camino hacia la necedad y la destrucción.

A través de Moisés, Dios advirtió a los hijos de Israel de este peligro antes de que entraran en la tierra de Canaán. Les dijo que los bendeciría con casas, viñedos y huertos por los cuales no tendrían que trabajar. Esta increíble bendición económica les vendría únicamente por el favor de Dios. Moisés dijo: " cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre" Deuteronomio 6:12

Cuando somos bendecidos con cosas materiales, debemos proteger nuestros corazones contra la tentación de pensar que las merecemos, y en cambio dar gracias a Dios por Su gracia. Cuando no estamos agradecidos, nos colocamos en el camino de la ruina. Sin embargo, cuando le damos gracias a Dios, mantendremos nuestros corazones en una relación correcta con Él.

Principio para renovarse hoy: La falta de gratitud y alabanza sin duda conducirá al fracaso de la obediencia.

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