“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.

Efesios 2:11-13

La salvación cambia mucho más que nuestro destino eterno. También cambia nuestra situación actual. Pasamos de la familia de Satanás a la familia de Dios. Pasamos de estar en el mundo para estar en Cristo. Sin embargo, demasiado a menudo dejamos de reconocer plenamente los cambios que han tenido lugar, y por lo tanto no nos beneficiamos de ellos como deberíamos.

R. A. Torrey dijo: "Cuando Jesús murió, murió como mi representante, y yo morí en Él, cuando Él resucitó, resucitó como mi representante, y me levanté en Él, cuando Él ascendió a lo alto y se sentó a la diestra del Padre en la gloria, ascendió como mi representante y subí en él, y hoy estoy sentado en Cristo con Dios en los lugares celestiales. Miro a la cruz de Cristo, y sé que la expiación ha sido hecha por mis pecados; miro el sepulcro abierto y al Señor resucitado y ascendido, y sé que la expiación ha sido aceptada. Ya no queda un sólo pecado en mí, sin importar cuántos o cuán grande mis pecados han sido".

Ya hemos recibido estas bendiciones como parte de nuestra conversión. El desafío para nosotros es superar las trampas del mundo y la culpa del pasado y comenzar a vivir como si lo que Dios dice acerca de nuestra nueva posición en la vida y en Él es cierto.

Principio de hoy para permanecer Arraigados: Viva de acuerdo a su posición y privilegios como hijo de Dios hoy.