“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

2 Corintios 12:9-10

Sir Edwin Landseer fue uno de los pintores más famosos de la época victoriana. Su talento desarrolló temprano, y tuvo la primera exhibición de su trabajo en la Real Academia cuando tenía sólo trece años. Él fue el encargado de hacer una serie de retratos oficiales de la familia real, e incluso dio clases particulares de dibujo a la reina Victoria y el príncipe Alberto. Pero él era más conocido por sus pinturas de los escenarios naturales y la vida en las Alturas escocesas.

Un día, mientras visitaba a un familiar en una antigua mansión en Escocia, uno de los criados derramó una jarra de agua de soda, dejando una gran mancha en la pared. Mientras la familia estaba fuera durante el día, Landseer se quedó atrás. Usando carbón, incorporó la mancha en un dibujo bonito. Cuando la familia regresó encontraron una foto de una cascada rodeada de árboles y animales. Él utilizó su habilidad para hacer algo hermoso de lo que pudiera haber sido un lío feo.

Dios trabaja de la misma manera en nuestras vidas. Las cosas que consideramos como debilidades y desventajas pueden, a través de Su gracia, convertirse en nuestros puntos más fuertes; y son las cosas que Él usa más para traer gloria a Él. En lugar de desear que las "manchas" en nuestras vidas desaparezcan, debemos dar gracias a Dios por nuestras debilidades y buscar Su gracia para que incluso esas cosas puedan ser utilizadas para Sus propósitos. La gracia de Dios provee la fuerza para enfrentarnos a todos los retos y superar toda debilidad.

Principio de hoy para permanecer Arraigados: Cuando usted permite que la gracia de Dios transforme sus debilidades, resultan cosas bellas.