Todos necesitamos una buena alimentación, que sea balanceada. Necesitamos identificar qué nos hace bien de todo lo que nos gusta, tener ciertos limites en algunas comidas para desechar los excesos, aumentar el comer de otras y desearlas. Esto es bueno para el cuerpo, es saludable y trae consigo beneficios. Es de esta misma manera que debemos alimentarnos de la palabra de Dios, basándonos en gusto, deseo y deshecho, Gusta de la palabra (Salmo 34:8), de las cosas buenas que Dios nos muestra, para tener hambre espiritual y así mismo te darás cuenta lo horrible que te sabe lo demás que te ofrece el mundo, una vez que pruebas de lo bueno que es Dios y de lo que tiene para ti, empiezas a desearlo y por consecuencia desechas lo que no satisface a tu hambre espiritual. ¿Ya gustaste de la bondad y bendición de Dios? ¿Que tan suculento y delicioso te parece la palabra de Dios?