En la parábola de la viuda persistente, Jesús enseña a sus discípulos que la justicia tiene su origen en Dios. Aunque existan muchas barreras en el mundo que nos impidan recibir o experimentar la justicia, la obtenemos al pedirla a aquel que trae la justicia a la tierra. Como enseña Jesús en Lucas 18:1-8, se nos llama a ser persistentes en la oración, persistentes en la búsqueda de la justicia, y resilientes en todo lo que hagamos.
La viuda persistente