Nuestra esperanza es el amor de Dios por nosotros. A Qué o a quién le pones tus esperanza determina tu capacidad para mantener esa esperanza.
Cuando la vida es incierta, Dios no lo es. Todavía tiene el mundo entero en sus manos. Ora hasta que llegue la paz.
La incertidumbre no es nada nuevo. Los tiempos son inciertos, pero Dios no. Todavía tiene el mundo entero en sus manos.