Física o espiritualmente tenemos una necesidad real. La capacidad de Dios para sanar ambas necesidades también es real verdadera y comprobada. Pero todo está en la mente, sin Cristo, la mente es territorio del enemigo y se convierte en su base de operaciones. La estrategia que debemos seguir y las armas que nos permiten luchar en la esfera espiritual, son armas que dependen del Espíritu Santo. La alabanza es una de las armas más poderosas que Dios nos da. Si luchas en tu fuerza, fracasaras y será frustrante. Esfuérzate en la gracia, porque el gozo de Dios y Su alabanza es nuestra fuerza.