El pecado nos ha enfermado; ha corrompido nuestra alma. Jesús es el único médico que puede restaurar nuestra salud espiritual. Haz de tu vida aquello para lo que fue planeada: tener una relación personal con Dios, quien te creó y te dio la vida.
"...él morará con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos como su Dios. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos; no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor. No habrá más dolor..." Apocalipsis 21