Si bien pareciera que el trabajo de Jonás terminó en el capítulo que estudiamos la semana pasada, el libro continúa con un capítulo más: Dios no ha terminado de trabajar en su profeta. Jonás aún tiene que aprender, por experiencia propia, cómo es Dios. A través de la experiencia de Jonás exploraremos una verdad muy importante: Dios no deja de trabajar en el corazón de los suyos.