La voluntad y la obra de Dios siempre se cumplirán, con o sin nosotros, pero nos perderemos la bendición, el cumplimiento y la plenitud que provienen de ser parte de esa obra. ¡PERO no tiene por qué ser así!
¿Por qué?
Porque Dios desea usarnos e incluirnos en Sus propósitos y planes para la redención y salvación de muchos.