Nuevamente, “… el que piensa estar firme, mire que no caiga.” (1Co 10:12)
Quizás hoy sientes que estás perdiendo el juego
i. Es probable que esto te pase porque estás jugando solo
ii. Rindete, ante la mano de Dios, deja que el mueva tu vida
iii. Y conforme a su voluntad, la vida abundante por la que el murió en la
cruz, empezará a verse en tu propio tablero.