El ser humano en su mayoría de casos vive extrañando el pasado cuando este fue bueno no quieren separarse de él y en el caso de que haya sido un pasado difícil o malo viven siempre con el pensamiento de que siempre será así y viven con temores, pero ambos extremos son malos pues en los propósitos de Dios cada día son nuevos en su misericordia